miércoles, 19 de febrero de 2014

Interfaz y comunicación: La compleja red de intermediaciones significativas en la era digital


Jorge Alberto Hidalgo Toledo.
Correo electrónico de contacto: jhidalgo@anahuac.mx

Resumen: Pre-mediar, mediar, remediar, hipermediar. La interfaz es el eje de la producción simbólica de la era digital. Es la clave de la compleja red de interacciones simbólicas que establece el usuario con la realidad, con otros usuarios, con el diseñador y el programador. Es una prótesis metacomunicacional, una extensión artificial del cuerpo y el intelecto. Ha sido diseñada para satisfacer en modo trasparente, la necesidad de percepción, conexión, socialización, reconocimiento, representación, cognición, e interpretación entre el enunciador y el enunciatario; entre el diseñador y el usuario. La interfaz busca la empatía semántica y discursiva entre el emisor y el receptor. Su naturaleza perceptiva, conversacional e interpretativa expande los códigos de transmisión y comunicación, contrae la distancia entre los interlocutores y establece nuevas conexiones, nuevas redes de comunicación. La interfaz como herramienta de comunicación, constituye distintas facetas de un mismo modo de relación con la realidad de nuestra cultura. Codifica y materializa; representa simbólicamente el cosmos contextual entre los interactuantes. La interfaz simboliza un programa a través del cual vemos y decodificamos el mundo. La interacción con la interfaz, al darse en el terreno de lo simbólico, impulsa relaciones existenciales en las que se implican nuestras creencias y nuestro destino. El presente texto retoma la metáfora del médium y explora: 1) la ontología de la interfaz, proponiendo una triada categórica (Orgánicas o instrumentales, Sociales o conversacionales y Espaciales u objetuales); 2) el rol desempeñado en el proceso de mediación simbólica de la realidad en la era digital; 3) se analizan las condiciones de interacción entre el usuario y la interfaz; y 4) los modos en que se establecen las relaciones y procesos de reconocimiento en las redes sociales como Facebook.
Palabras clave: Interfaz, Interacción digital, Nuevas tecnologías, Nuevos medios, Facebook.
Abstract: Pre-mediate, mediate, remediate, hypermediate. The interface is the hub of the symbolic production of the digital age. It is the key to the complex web of symbolic interactions that the user sets with the reality, with others, with the designer and programmer. Meta-communicational prosthesis is an artificial body and extension of the intellect. It is designed to meet in a transparent mode, the perceived need for connection, socialization, recognition, representation, cognition, and interpretation between the speaker and the hearer; between designer and user. The interface looks semantic and discursive empathy between sender and receiver. His perceptive nature, conversational and interpretive codes expands transmission and communication, shrinks the distance between partners and establishing new connections, new communications networks. The interface as a communication tool, is different facets of the same type of relationship with the reality of our culture. Encode and materializes; symbolically represents the cosmos shortcut between the interactants. The interface symbolizes a program through which we see and decode the world. The interaction with the interface, to be in the realm of the symbolic and existential relationships, involved our beliefs and our destiny. This text takes the metaphor of the medium and explores: 1) the ontology of the interface, proposing a categorical triad (organic or instrumental, social or conversational and Space or objectual), 2) the role played in the process of symbolic mediation reality in the digital age, 3) analyzes the conditions of interaction between the user and the interface, and 4) the ways in which relationships are established and recognition processes in social networks like Facebook.
Keywords: Interface, digital interaction, new technologies, new media, Facebook.



Interfaz y comunicación:
La compleja red de intermediaciones significativas en la era digital
Jorge Alberto Hidalgo Toledo*


 “La era electrónica… angeliza al hombre, lo descarna. Lo convierte en Software
(Marshall McLuhan)

El médium y el fantasma
En pleno Siglo de la ciencia, un año antes de la explosión de la Revolución Industrial, en el corazón de un país que se sacudía al tenor del gigantismo industrial, en el seno de una granja americana de Hydesville, Nueva York, la familia Fox fue testigo del desplazamiento de objetos (sin que hayan tenido contacto con persona alguna) y de golpes misteriosos en muebles y paredes. La noche del 2 de diciembre de 1847, las hijas del pastor metodista John Fox escucharon por primera vez una serie de ruidos con cierta periodicidad y sin causa aparente. El 31 de marzo de 1848, treinta minutos antes de la media noche, los golpes se manifestaron con una intensidad tenebrosa prolongándose hasta las primeras horas de la madrugada. En medio del estruendo, Margaret y Kate Fox, desafiaron a las fuerzas que provocaban el aterrorizante repiqueteo e irrumpieron una frontera hasta entonces infranqueable. Valiéndose de un código preciso (un golpe para el “Sí”, dos para el “No” y un golpe correspondiente a cada letra del alfabeto latino) entraron en comunicación con un mundo oscuro e intangible.
            Con ese nuevo alfabeto de carácter telegráfico, nació el espiritismo en Estados Unidos. Eran los grandes días del ferrocarril, el barco de vapor, el boom de las mentes cientificistas y el querer explicar el mundo ya no sólo con la razón sino con la ayuda de la lógica y el método. Esa tendencia, convertida en moda, fascinó al físico William Crookes, fundador de la revista de divulgación Chemical News, Editor del Quarterly Journal for Science, miembro de la Royal Society, descubridor del elemento químico Talio (1861), inventor del radiómetro,  investigador de los rayos catódicos –mismos que hicieron posible la televisión- y autor del artículo “Spiritualism Viewed by the Light of Modern Science”[1]. Los estudios de Crookes registran con particular pasión el caso de Florence Cook y la materialización del fantasma de Katie King[2], de quien obtuvo una estremecedora serie de fotografías que conmovieron a la comunidad científica de la época y trastornaron la imaginación popular.
            Allan Kardec, fundador de la Revue Spirite, la Société Parisienne d’Etudes Spirites y autor del Libro de los espíritus (1857), fue quien se encargó de teorizar sobre estos seres humanos despojados de su cuerpo físico. En su texto, Kardec da cuenta de un nuevo sujeto, el intermediario: el médium, “el ser, el individuo que sirve de lazo para que los espíritus puedan comunicarse con los hombres. Sin médium no hay comunicación tangible, mental y física… de ninguna clase” (Hutin, 2001: 377).
            El hombre descarnado, la evocación de los ausentes, el contacto como un fin en sí, la necesidad de probar la existencia de un más allá en el que subsiste la personalidad, la búsqueda de un mundo en el que los espíritus conservan todos los rasgos de los humanos: el cuerpo, el sexo e incluso los vestidos. La encarnación de la imagen como reflejo de la sincera esperanza de obtener un contacto directo con los ausentes. La lógica de la imagen y los trabajos de Crookes, no eran otra cosa más que la demostración experimental de la esencia de la comunicación: hacer tangible, lo intangible; hacer presente a los ausentes.

La encarnación del sujeto en la palabra
Thot, dios de la escritura, de las bibliotecas y de la lengua, era reconocido como el escriba divino que tomaba nota del peso de las almas cuando entraban en los infiernos. Como dios de la escritura inventó todas las palabras y codificó las ceremonias que transforman a los muertos en espíritus. Él era el señor de las palabras, según el Fedro de Platón. Thot, buscaba hacer más sabios a los hombres; de extender su memoria, y es que la palabra ayuda a aprender y retener.
El nacimiento de la escritura, está ligado a la necesidad de atrapar y retener el pensamiento; de tender una telaraña con los ojos y hacer comprensible el mundo. La escritura aceleró el proceso de la experiencia y la civilización. Sincronizó la vista, la voz, el oído y la imaginación. La escritura re-semantizó los procesos de socialización, pluralizó la continuidad de la cultura. La palabra hizo presente al mundo, dio nombre a la existencia, concretizó la individuación. La escritura encarnó al significado, le dio forma y articulación. El significante, al igual que el fantasma, requirió de un médium para dar señales de vida, después de la vida sígnica. Esa es la lógica seriada de la mediación y la interfaz según Pierre Lévy: la pluma-el alfabeto-el papel; hoy día, la mente-el ordenador-y la mano.
            El progreso de la alfabetización y la educación escolar, afirma Alain Corbin (2001), tejió una nueva relación entre el individuo, su nombre propio y su patronímico. Así, el hombre grabó su nombre en servilletas, cuadernos, en bordados, en las actas matrimoniales. La escritura favoreció al individualismo y el retrato satisfizo el anhelo de igualdad. La imagen de uno mismo como instrumento de presencia; de poder.
La fotografía como la nueva escritura, como concreción de la fijación, de la posesión, del poder comunicar la propia imagen y avivar el sentimiento de la importancia de uno mismo. Representación y posesión, teatralización, extensión de la memoria.
William Crookes, aisló las señas de la memoria y posibilitó algo más que la posesión simbólica del otro. Al emplear la imagen como testigo mediático de la acción del médium, canalizó los flujos sentimentales, resignificó la esencia orgánica de la persona, modificó “las condiciones psicológicas de la ausencia” (Corbin, 2001: 403) y “dio permanencia a los sentimientos cotidianos” (McLuhan, 1989: 238).
Angustia, remordimiento, pérdida, desaparición, deseo, invocación, permanencia y recuerdo. El médium, como el medio, manifiesta la voluntad de perpetuar, de imprimir en el mundo la propia huella. Ya lo decía Marshall McLuhan, la fotografía fue decisiva para el paso del Hombre Tipográfico al Hombre Gráfico.
Imagen versus palabra, ambas ilusión y fantasía: usurpadoras del corazón, del núcleo y la sustancia de los seres; registro de gestos y sonidos, de experiencias reveladoras de secretos.
El médium delinea y afirma; declara, verbaliza, hace presente el mundo interior. Ante la metáfora de las hermanas Fox y la invasión del panorama interior se afirma una nueva sintaxis: la del intermediario, de la interfaz; la de la mente que hace presente los gestos y posturas de los ausentes.
La convergencia de la escritura y la imagen han detonado lenguajes inimaginables. El médium, el fantasma y la fotografía convergieron, los nuevos medios se contaminaron con las viejas prácticas. Así como nos recuerda Carlos Scolari (2008) al más puro estilo mcluhaniano, un medio se representó dentro de otro. He ahí la remedación (remediation) de Bolter y Grusin: la transparencia del fantasma y la opacidad de la imagen fotográfica; la nueva realidad ocultando su dispositivo (Bolter y Grusin, 2000). Unos que se quedan con la experiencia fantasmal y otros con la fascinación mediática de la fotografía. El médium como interfaz desaparece y la interacción espectral se vuelve un proceso natural. El médium como constructor de significados, como articulador de complejos signos y significaciones.

La interacción digital de los fantasmas
El médium como interfaz ha establecido una compleja red de interacciones simbólicas. Hoy, dichas interacciones fluyen entre hombre y hombre, entre el hombre y las máquinas digitales. Cada conexión de interacciones reconfigura semánticamente el contexto donde se da la recepción. La interfaz, el médium de la era digital, es una prótesis metacomunicacional, una extensión artificial del cuerpo y el intelecto (Scolari, 2004) diseñada para satisfacer en modo trasparente, la necesidad de percepción, conexión, socialización, reconocimiento, representación, cognición, e interpretación entre el enunciador y el enunciatario; entre el diseñador y el usuario.
            La interfaz busca la empatía semántica y discursiva entre el emisor y el receptor. Su naturaleza perceptiva, conversacional e interpretativa expande los códigos de transmisión y comunicación, contrae la distancia entre los interlocutores y establece nuevas conexiones, nuevas redes de comunicación.
            El intercambio al que apela la interfaz no se limita a la conexión conversacional del hardware; por el contrario, el poner en sintonía a los interactuantes es la síntesis simbólica de procesos, reglas, convenciones, identidades y valores en común. Ello la convierte, como señala Pierre Lévy, en una dinámica y compleja red cognitiva de interacciones capaz de modelar nuestra percepción, pensamientos y acciones.
            Existen pues, diversas categorías para la comprensión de las interfaces[3]:
1.    Orgánicas o instrumentales. De naturaleza adaptativa, evolutiva y que operan como extensión del hombre y sus sentidos (McLuhan, 1989). Ejemplo, el lápiz como extensión de la mente; la radio como extensión de la voz. Esta antropomorfización emplea códigos afines al sujeto volviendo el proceso totalmente transparente actuando como prótesis simbólica.
2.    Sociocultural o conversacionales. Que expanden las prácticas sociales y culturales de comunicación y significación. La interacción misma es diálogo e intercambio simbólico. Ejemplo: el libro como amplificador de la cultura; la imagen como práctica expansiva de la religión en la Edad Media. Estas interfaces multiplican los medios y borran cualquier evidencia de mediación (Bolter y Grusin, 2000)
3.    Espaciales u objetuales. Referidas como espacio y soporte de la interacción. La interfaz traduce e interconecta al sujeto enunciador y al sujeto enunciatario. Ejemplo: el teléfono celular o el ordenador. Este tipo de interfaz son un programa de relación comunicativa; el lugar de los encuentros (Winston, 1998).
              La interfaz es el eje de la producción simbólica de la era digital. Es el modo de extensión de nuestros órganos sensoriales; de nuestros modos de captar el mundo, interpretarlo y semantizarlo. El usuario (emisor y receptor) se vuelve parte de la interfaz al usarla. Esa es la condición del médium.
            Particularmente los nuevos medios, intentan conjugar la triada ontológica de la interfaz: son un espacio instrumental de conversación y significación. Y es que toda interfaz se ha convertido en la síntesis de: 1) las competencias científicas de su tiempo; 2) los valores, tradiciones y preocupaciones de la esfera social; 3) las ideaciones o fuerzas mentales (creatividad, intuición, imaginación, voluntad); 4) las fuerzas o coacciones que impulsan o inhiben el desarrollo de las tecnologías; 5) los prototipos; 5) los aceleradores o necesidades sociales supervenientes; 6) las invenciones; 7) los frenos o leyes de supresión de una potencialidad radical; 8) la adopción de la interfaz como desarrollo tecnológico (Winston, 1998) (Gráfico 1).
Gráfico 1
Modelo de desarrollo tecnológico/interfaz
modelo de interfaz.jpg
Fuente: Winston, 1998
            Bajo esta óptica, la interfaz como herramienta de comunicación, constituye distintas facetas de un mismo modo de relación con la realidad de nuestra cultura. Codifica y materializa; representa simbólicamente el cosmos contextual entre los interactuantes. La interfaz simboliza un programa a través del cual vemos y decodificamos el mundo (González, 2005). Es el instrumento que hace cognoscible lo simbólico y permite controlarlo; que facilita la correspondencia simbólica.
La interacción con la interfaz, al darse en el terreno de lo simbólico, impulsa relaciones existenciales en las que se implican nuestras creencias y nuestro destino. El espacio en el que se da la interacción hace evidente la noción heidegeriana de estar en el mundo, por permitir la experiencia del mundo. Vivimos y entendemos el mundo desde la mediación que permite la interfaz.
La interfaz da la impresión de establecer relaciones encarnadas con aquello que nos vincula; amplifica el camino de percepción; extiende la experiencia y reduce las presencias. La interfaz posibilita la relación hermenéutica en la que toda interacción se vuelve sujeta de interpretaciones (Ihde, 1979).
¿Existen experiencias sin mediación? Don Ihde diría que no, que en la tecnosfera en la que nos encontramos, toda experiencia y vía de autoexpresión está mediada. Esos son los terrenos de la interacción, pues la interfaz, parafraseando a Emanuel Monier, más que una extensión de nuestro cuerpo es la evolución de nuestro lenguaje (Citado en Ihde, 1979). Y si el lenguaje, como decía Hidegger es un modo de ser y estar en el mundo, las nuevas generaciones, viven y están en el mundo desde la realidad mediatizada.
Así pues, las imágenes de Crookes dejaron entrever a la interfaz como un metaprograma que hizo transparente, nítido, exacto y objetivo lo representado; en pocas palabras, exorcizó lo imaginado. Lo trajo a la luz, lo automatizó, le dio noción de reproductibilidad, control, fiabilidad y racionalidad. La mecanicidad de la interfaz, como señala Laura González Flores más que dejar huella de la realidad, es testimonio de un concepto (González, 2005).
En síntesis, la interfaz es un metacódigo, una superficie significativa que hace que “algo” se vuelva fenómeno y conceptos imaginables para nosotros; lo registra, lo abstrae, lo reduce, lo vuelve susceptible de interpretación. Su magia está en transformar nuestros conceptos respecto del mundo exterior (Fleusser, 1990). Como prolongación de los órganos humanos, la interfaz es una simulación, que no sólo capta al mundo sino que pretende cambiar nuestro significado del mundo. Por ende, su intención es meramente simbólica.
La interfaz y las representaciones
La lógica de la interfaz es la mediación: el contar con una concepción previa a la mediación (premediación[4]); el establecer un punto de contacto entre lo que se percibe y lo representado (inmediación[5]); el transferir la experiencia de una persona a otra (mediación); la actualización de un mensaje previamente mediado (re-mediación[6]); la fragmentación de un mensaje mediado y su multirepresentación (hipermediación[7]). (Gráfico 2).
Gráfico 2
La multimediación o mediaciones múltiples
multimediaciones.jpg
Fuente: Propia
La interfaz en la era digital opera en una lógica de las multimediaciones estableciendo una red cognitiva de interacciones simbólicas con agentes axiológicos perceptivos, semantizadores y socializadores (Sujetos). Los sentidos, el lenguaje y los nuevos soportes, son, a su vez, instrumentos semantizadores expresivos, conversacionales explicativos y expansivos. La interfaz como metamédium, prótesis simbólica actúa en modo transparente, bajo la ilusión perceptiva, con autonomía, autosuficiencia, extensionismo y narcosis (Ver gráfico 2).
El hombre en su vital necesidad de comunicarse ha establecido mediaciones múltiples para la representación de la realidad. Los medios han cumplido con esa necesidad por transferir las experiencias psicosensoriales a los otros. Las interfaces han encarnado ese deseo de mediación. Las actuales tecnologías de información y comunicación han extendido esa condición de poder y ubiquidad. Entre más pueda dotar de sentido y de realidad una interfaz, más potente será su grado de adopción. Su grado de verosimilitud y eficacia está en teletransportar al usuario ante lo representado y desvanecerse en el acto de representación.
            Los nuevos medios, no sólo han venido a re-actualizar y remodelar los mensajes previamente mediados, sino que además ofrecen la posibilidad de que un mismo sujeto receptor se torne en emisor a través soportes múltiples empleando códigos diversos modificando en sí mismo el proceso de la comunicación. Este acto de hipermediación se torna en sí mismo un desafío perceptivo/cognitivo y en una redefinición del proceso de mediación producto del poder inmersivo de estos nuevos medios. Dijeran Bolter y Grusin “lo que realmente es nuevo en los nuevos medios son los modos particulares con los que remodelan los viejos medios y el modo en que los viejos medios se remodelan a sí mismos para responder al desafío de los nuevos medios”. (2000: 15).
            Los hipermedios, no buscan en sí mismos imitar la realidad sino la experiencia creada por los antiguos medios. Buscan dar la sensación de inmersión e interacción no con el objeto sin con el sujeto dialógico. Entre el médium y lo representado se establece una nueva lógica discursiva. El sujeto busca como el médium disolver por completo la interfaz y ser él el que resignifique la realidad. La interacción hipermediada articula los espacios múltiples entre múltiples usuarios y múltiples plataformas. Así, las nuevas interfaces, traducen, transforman, articulan varios sistemas narrativos, estéticos y transfieren permitiendo un intercambio multidireccional de cualquier tipo de mensajes.
La interfaz deja entrever que el fin último de los interactúantes no es la puesta en escena sino la hiperconexión y como señala Lev Manovich vivir el “presente permanente” (2005: 111). El meta-objetivo es la interacción. El saberse nodos para la comprensión de la realidad. En esa realidad los usuarios, perciben, actúan, responden, crean nuevas experiencias, cohabitan. La interfaz, permite, como el lenguaje, habitar dentro de él. Es el no lugar por excelencia en la era digital. Es el espacio simbólico en el que se realizan las interacciones del hombre con el hombre y no con la máquina como se creía. “Las interfaces son formas diferenciadas de registrar la memoria y la experiencia humana, mecanismos para el intercambio cultural y social de información” (Manovich, 2005: 123).
El contenido, la interfaz y el individuo se funden en una sola entidad (Manovich, 2005: 116). La interfaz permite vivir las experiencias como si se estuviera en el mundo real; expande la experiencia de realidad y multiplica la acción comunicativa. Dijera Carlos Scolari, “La interfaz es simultáneamente lugar, prótesis y comunicación” (2004: 81).
La interfaz como procesador de símbolos, permite hoy la manipulación de múltiples formatos, pero sobre todo, filtra la cultura y mediatiza toda producción artística, comunicativa y cultural. La interfaz actúa como “código que transporta mensajes culturales en una diversidad de soportes” (Manovich, 2005: 113); por tanto no es neutral, afecta todo mensaje que en ella se transmite suministrando un modelo del mundo, un sistema lógico e ideología. La interfaz es transparente pero su código no. Un triple código se oculta en la interfaz: el del que desarrolla la interfaz, el que la usa para emitir y el que decodifica lo que recibe. Los nuevos medios son máquinas mediáticas universales que almacenan, distribuyen y permiten acceder a todos los medios; interactuar con ellos es “interactuar con la cultura codificada en forma digital” (Manovich, 2005: 120).

¿Es el médium el mensaje?
La red hoy transporta átomos y los vuelve bits, pixeles, fantasmas, representaciones digitales de personas, mundos, sentimientos y palabras. El ser físico hoy se reproduce en el ser digital (Negroponte, 1997); nace de la tierra, se extiende por el éter, intercambia de lugares y se traslada por la red. ¿El médium es el mensaje? Es el que condensa la información, redefine la presentación, la vuelve concreta, la muestra a los ojos y la expande por la cabeza. Sin embargo, la red como un conjunto de médiums interconectados, reordena los fragmentos del fantasma.
Nicholas Negroponte afirma, “en un mundo digital el medio no es el mensaje, sino una encarnación de éste” (1997: 93). El médium es el fantasma, el médium es el espectador. El médium es hardware y el fantasma simple software.
Facebook como interfaz vuelve redundante al médium y al fantasma. Como las fotografías de Crookes. En esa ouija digital interactúan los espectros y los mediadores. En ese tablero digitalizador todo se vuelve presente. Uno invoca y ante el llamado alguien en concreto se hace presente: frases de mensaje se encuentran con frases de respuesta. Viajeros perdidos regresan con los años, los recuerdos de la infancia de pronto aparecen y se tornan fotografía que nadie recuerda haber tomado pero que materializan la memoria. De la nada regresan los desaparecidos. La arquitectura de lo real pareciera no tener cabida; de pronto, de la nada la interfaz nos pone en comunicación con los incomunicados, con los ausentes, con los que el tiempo había desaparecido, incluso de la memoria.
En la red todos son descarnados y la comunicación se vuelve extrasensorial; banquete de la memoria. Facebook ha hecho que parezcan tan real, los propios fantasmas, o incluso más que la propia realidad. Así como la materialización del fantasma de Katie King, Facebook provoca la sensación de estar ahí: telepresencia humana digital en tiempo real; invocación y posibilidad de dar forma real, de manifestar a los desencarnados.
En Facebook la simbiosis imagen-palabra; sujeto-interactores; médium-fantasma, deja ver que la vieja gramática está muriendo (Levinson, 2010), que el amigo imaginario es producto de la batalla de los sentidos tecnológicamente prolongados, que la supuesta percepción extrasensorial es producto de la articulación de la vista y la voz.
Facebook es hoy la síntesis de las interfaces; en ella se concretizan las múltiples mediaciones, las vías de organización de la información, presentarla al usuario, relacionarla en tiempo, espacio y estructura con otras experiencias humanas; con variadas formas de acceder a la información; con complejos procesos de socialización; con sistemas de control; con tradiciones culturales y mecanismos para el intercambio cultural y social de información. Permite, como el médium tener contacto con el fantasma y comunicar todo lo que parecía estar destinado a callarse.
Melville Bell, padre de Alexander Graham Bell, pasó toda su vida tratando de hacer visible el habla, Facebook sacó a la luz a los que estaban ocultos y nos puso en sintonía con los desconocidos. En ese espacio virtual se ha hecho visible el habla. Mirar y casi tocar es posible. El protocolo de la invocación es tan sencillo como dar un click con los nudillos digitales en el muro y escribir “estoy aquí”. El fantasma como parásito del médium exige de su relación una nueva mediación. Una hipermediación que en Facebook se ha materializado como co-evolución entre usuario y tecnología, como simbiosis entre lo interior y lo exterior; entre lo real y lo ficticio, entre el tiempo y el espacio, entre la proximidad y la presencia, entre el habla y el hablante, entre la creación y lo creado, entre lo comunicable y lo comunicado, entre el médium y el fantasma.
El terreno de las apariciones ya no es el cementerio, el sepulturero se ha ido; el fantasma fluye por la red en busca de su médium.
  
Referencias
Bolter, J. D. y Grusin, R. (2000). Remediation: understanding New media EUA: MIT Press.
Corbin, A. (2001). “Entre Bastidores” en Riès, P., Duby, G. Historia de la vida privada: 4. De la Revolución Francesa a la Primera Guerra Mundial. España: Taurus Minor
Flusser, V. (1990). Hacia una filosofía de la fotografía. México: Trillas
González Flores, L. (2005). Fotografía y pintura: ¿Dos medios diferentes? Barcelona: Gustavo Gili
Hutin, S. (2001). “El espiritismo y la sociedad teosófica” en Puech, H. C., Las religiones constituidas en occidente y sus contracorrientes II. Historia de las religiones. México: Siglo XXI
Ihde, D. (1979). Technics and praxis. Boston, EUA: Palla 
Levinson, P. (2010). New New Media. USA: Penguin Academics.
Levy, P. (2007).  Cibercultura.  La cultura de la sociedad digital.  Barcelona y México: Antrophos Editorial y Universidad Autónoma  Metropolitana.
Manovich, L. (2005). El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Barcelona: Paidós
McLuhan, M. (1989). La comprensión de los medios como las extensiones del hombre. México: Diana
Negroponte, N. (1997). El mundo digital. España: Ediciones B
Russell Neuman, W. (2010) “Theories of media evolution” en Russell Neuman, W. (Ed.). Media, Technology and society: theories of media evolution. Draft Manuscript, Michigan: University of Michigan Press
Scolari, C. (2004). Hacer clic: Hacia una sociosemiótica de las interacciones digitales. España: Gedisa
Scolari, C. (2008). Hipermediaciones: Elementos para una Teoría de la Comunicación Digital Interactiva. España: Gedisa
Winston, B. (1998), Media technology and Society: a history: from the telegraph to the internet. EUA: Routledge.



* Jorge Alberto Hidalgo Toledo. Lic. En Comunicación, Maestro en Humanidades, Estudiante del Doctorado en Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación. Titular de la Cátedra Televisa en Innovación en Contenidos y Titular de la Cátedra FISAC-Anáhuac en comunicación para la responsabilidad ante el consumo. Investigador Titular del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA), de la Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Director de Medios de Global Content. Actualmente es Coordinador de la Licenciatura en Comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Es  Coautor de los libros: Signo Vital: Comunicación estratégica para la promoción de la salud (2011) y Comunicación Masiva en Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx
[1] Britannica (2011) Florence Cook & The enigmatic Katie King, recuperado el 15 de abril de 2011 en http://www.britannica.com/EBchecked/topic/143944/Sir-William-Crookes
[2] Taylor, T (2011) Sir William Crookes, recuperado el 15 de abril de 2011 en http://www.prairieghosts.com/florence.html
[3] Carlos Scolari, identifica cuatro: “1) la interfaz como diálogo persona-ordenador (metáfora conversacional); 2) interfaz como extensión o prótesis del cuerpo del usuario (metáfora instrumental); 3) interfaz como superficie osmótica que separa / permite el intercambio hombre-computadora (metáfora superficial); 4) interfaz como entorno de interacción hombre-computadora (metáfora espacial)” (Scolari, 2004: 83); mientras que Lev Manovich agrega la noción de interfaz cultural y la interfaz entre el hombre y el ordenador o interfaz de usuario.
[4] Entiéndase por pre-mediación la construcción mental previa con la que el sujeto se aproxima a una realidad, objeto o concepto que habrá de ser mediado.
[5] Léase el proceso de inmediación como la ilusión de representación realista; de sentido de presencia. Esta percepción se logra por la sincronía de los sentidos que de modo automático, interactivo y transparente eliminan el acto de representación. Bolter y Grusin (2000: 30) la definen como “la familia de creencias y prácticas que se expresan de manera diferente en distintos momentos entre los diversos grupos y nuestra rápida percepción que no puede hacer justicia a esta variedad”. La inmediación implica llenar el campo de visión del receptor de forma natural sin generar ruptura; tal como ocurre en la experiencia visual diaria.
[6] Se retoma la noción de re-mediación como la actualización de una representación; el objeto percibido se revitaliza, se refresca, se remodela, se re-embellece. Se busca completar el proceso de mediación generando nuevos nodos de continuidad.
[7] Se entiende por hipermediación la multirepresentación de textos, gráficos, sonidos, animaciones, videos… dentro de una misma interfaz en modo fragmentado, indeterminado, heterogéneo y dando mayor énfasis al proceso o a la acción más que al objeto terminado.

ANÁLISIS DE UN SEMINARIO INVESTIGATIVO, EN EL NIVEL PREUNIVERSITARIO, BAJO EL ENFOQUE EDUCOMUNICATIVO


Lic. Rafael H. Muñoz


En una escuela secundaria, que pertenece a la Universidad Nacional de Rosario,( Santa Fe, Argentina)  se dictan una serie de cursos optativos que se llaman Seminarios Investigativos. Estos Seminarios (semipresenciales) ofrecen contenidos que son formulados por Áreas o Departamentos que pertenecen a la estructura pedagógica de la escuela. Se pretende, con esta metodología, reforzar ciertos conocimientos que no figuraban inicialmente en la currícula, que se debilita día a día en la Sociedad del Conocimiento.
El objetivo general que guía este ensayo, es el de indagar en la utilización de estas prácticas educativas. Se intentará analizar estos cursos o materias, denominados Seminarios Investigativos, proponiendo cambios basados en el paradigma educomunicativo.


EDUCOMUNICACION, APRENDIZAJE COLABORATIVO, SEMIPRESENCIALIDAD, VIRTUALIDAD.



INTRODUCCIÓN

Hace dos años que en la Escuela Superior de Comercio (UNR) se dictan unos cursos que duran un cuatrimestre y que se denominan Seminarios Investigativos.  Llevan este nombre, porque hacen referencia a los antiguos Seminarios originados en la Universidad de Gottingen  a fines del siglo XVII. Esta antigua metodología de enseñanza es adaptada por los docentes de la escuela, con total libertad respetando los principios de investigación, autogestión y colaboración por parte de los alumnos.
Para el dictado de los mismos, se establecen tres encuentros o clases presenciales y el resto de la cursada se efectúa vía correo electrónico o dentro de la Plataforma Virtual que posee la misma Universidad.

Está dirigido a alumnos que cursan tercero o cuarto año, quienes deben optar por dos seminarios de una oferta educativa (basada en diferentes temáticas, propuestas por los distintos departamentos académicos) que se renueva anualmente.
Es interesante destacar que la mayoría de los docentes, encargados del dictado de esta materia, acuerdan con los objetivos generales, basados en la propia metodología inicial.


OBJETIVOS QUE SE DESPRENDEN DE SU FORMATO METODOLÒGICO
Enseñar a investigar a alumnos de tercero o cuarto año de la escuela secundaria es todo un reto. El Seminario como estrategia de trabajo grupal, se caracteriza por la participación  activa de los estudiantes bajo la coordinación del profesor, dentro de un ambiente de diálogo e investigación. Tuvo, inicialmente como fin primordial y práctico el preparar al estudiante, para que, por medio de la mutua colaboración con sus compañeros y el profesor, genere conocimiento, profundice sobre un tema desde el debate y análisis colectivo; constituyendo un verdadero grupo de aprendizaje activo pues, los participantes no reciben la información ya elaborada, sino que la indagan por sus propios medios.  
La tarea específica del Seminario es la indagar, buscar información, consultar fuentes bibliográficas y documentales, recurrir a expertos y asesores, discutir en colaboración, analizar datos e informaciones, relacionar fuentes, confrontar puntos de vista para llegar a formular conclusiones del grupo sobre el tema. Todo ello siguiendo una agenda de trabajo consensuada por el grupo.
Esta antigua metodología de trabajo fue diseñada por los universitarios alemanes para sustituir la palabra cátedra y para demostrar que es posible unir la investigación y la docencia con un fin complementario mutuo.
Hoy podemos dar cuenta, que a pesar de la antigüedad de sus principios, fue un concepto de avanzada, fundamentalmente el de disponer la figura del docente como coordinador y formador de un grupo autogestionario.
            
Podemos resumir los actuales objetivos del Seminario en:
-Iniciarse en la investigación, en el estudio, en la interpretación y en la crítica de documentos.
-Aprender a trabajar en grupo y desarrollar el sentido de la comunidad intelectual entre los alumnos y con el profesor.
-Ampliar, complementar, comprobar, refutar desde lo cognoscitivo.
-Desarrollar capacidades para percibir y reconocer lo esencial, las relaciones, las legalidades, comparar, valorar, definir, fundamentar, probar, refutar, concluir, aplicar, analizar, sintetizar, inducir, deducir, identificar problemas, desarrollar caminos de solución, conducir diálogos de discusión, etc.
-Iniciarse en un trato racional y efectivo de la multiplicidad de fuentes de información.

EL SEMINARIO INVESTIGATIVO UNA MIRADA DESDE LA EDUCOMUNICACIÓN.

Ahora bien, uno de los primeros escollos que encuentran los docentes y alumnos frente a esta metodología se encuentra en los mismos protagonistas.
Podemos decir que, los docentes no están habituados a trabajar con esta metodología que tiene un parentesco directo con el modelo educomunicativo. Por lo general, su desempeño está familiarizado con una educación bancaria que dicta ideas y no genera intercambio de las mismas (Kaplún 1998, P17). Tampoco los alumnos están formados para una nueva “forma” de trabajo grupal. Cómo mucho, poseen cierta capacitación para, lo que la pedagogía clásica denomina “trabajo en equipo”.
A esta antigua forma de enseñar a investigar (Seminario Investigativo) hay que sumarle la formación para el trabajo con Ntics, la alfabetización digital y el aprendizaje en espacios virtuales, que se configuran en un entramado comunicacional propio de la Sociedad del Conocimiento.
Recordemos la frase de P. Freire: “la educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”.
¿No estamos acaso frente a  una metodología o una forma de educación que pueda pensarse como enfatizadora de los procesos?¿Qué no se limite solamente a que el alumno pueda intentar producir conocimiento, sino que además, pueda desarrollar su creatividad en un proceso estimulado por sus docentes y compañeros. Y que, también le sirva para reflexionar que la “educación es un proceso permanente”? (Kaplún, op) .
Hay muchos docentes que no están medianamente capacitados para trabajar en entornos virtuales de aprendizaje, por ende, ¿pueden enseñar a sus alumnos algo que ellos desconocen, o no valorizan?.

PROPUESTAS DE CAMBIO DESDE LA EDUCOMUNICACIÓN
Todo educador que se pretenda comunicador sabe que, a toda práctica educativa le corresponderá una práctica comunicativa. Cómo nos interesa un modelo que ponga énfasis en el proceso queremos destacar que se constituya en un modelo dialógico, donde los participantes (docente y alumnos) sean “emirec”, que intercambien roles de emisor y receptor, permanentemente; que el eje esté centrado en el alumno, en una formación que destaque el compromiso social, mediado no mediatizado. 
Consideramos que el objetivo principal del Seminario no sea solo profundizar en un área específica del saber, sino más bien el desarrollo de la investigación como práctica pedagógica, lo cual les permita potenciar recursos del lenguaje cómo la argumentación, la refutación y la proposición, cómo prácticas discursivas y comunicativas. 
Potenciar en los jóvenes la pasión por la lectura hace que fluya el pensamiento crítico, a la par que se desarrolla el carácter investigativo. Sin duda esto se verá reflejado no solo en los contextos académicos, sino sociales, ya que, una persona reflexiva interviene en su mundo, lo que en últimas es el fin de la educación: formar para la vida.
La teoría del Aprendizaje Significativo (David Paul Ausubel) nos recuerda que, “los conocimientos no se instauran de una manera arbitraria en las personas, sino que son relacionados con lo que el alumno ya sabe, es decir, surgen conceptos de la estructura cognoscitiva del estudiante en relación con lo nuevo”. El Seminario Investigativo desde su concepción básica resulta ajustarse al constructivismo en la medida que los estudiantes hacen uso de ese “aprendizaje significativo”. Son ellos quienes construyen el conocimiento y esos saberes son estrictamente seleccionados por un docente preparado y consciente de lo que puede ser relevante para cada educando. Esto, lo relacionamos entonces con una teoría que es pilar de este trabajo: el aprendizaje colaborativo, el cual por supuesto es un constructivismo aplicado.
El trabajo de exposición final se pretende que pueda ser desarrollado en Prezi. Esta, es una herramienta que les permitirá a los alumnos salir del estático Power Point, con una propuesta más dinámica y creativa.  De igual manera se sugiere la utilización de Google docs, para la confección de documentos grupales.
Para terminar, quisiéramos destacar la potencialidad de la web2.0 como espacio de producción y de distribución de contenidos, en donde los distintos Seminarios, se puedan potenciar a través de las producciones de los alumnos, ya sea, por los Prezis, o por videos que puedan subir a youtube, de forma tal, que se pueda constituir un verdadero ecosistema de apropiación de conocimientos.

Según Siemens, “una ecología tiene algunas similitudes con una red de aprendizaje. Posee, de todas formas, algunos elementos que la distinguen. Una red es en gran medida un proceso estructurado, compuesto por nodos y conectores, que conforma una estructura. En contraste, podemos decir que una ecología es un organismo vivo (aunque esos conectores o conductos no son algo dinámico en su representatividad). Si esa ecología es sana, permitirá el florecimiento y crecimiento de la red susodicha. Si no lo es, las redes no se desarrollarán óptimamente.
La tarea de cualquier formador es crear y fomentar una ecología de aprendizaje que permita que los aprendices mejoren con rapidez y eficacia con respecto al aprendizaje que tienen.”

BIBLIOGRAFÍA
Aparici, Roberto y Torrent, Jordi (2009): Educomunicación: Participación ciudadana y creatividad. Fundación Kine, Cultural y Educativa, y UNICEF Oficina de Argentina.

Cobo, Cristóbal y Pardo Kuklinski, Hugo (2007): Planeta 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food. Grup de Recerca d’Interaccions Digitals. Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México DF.

Freire, Paulo (1970) Pedagogía del oprimido. Libro descargado de www.ensayistas.org

George Siemens. Conociendo el conocimiento. Traducción de Emilio Quintana, David Vidal, Lola Torres y Victoria A. Castrillejo [Grupo Nodos Ele]. 2006.

Kaplún, Mario (1998): Una Pedagogía de la Comunicación. Ediciones de la Torre. Madrid.

Piscitelli, Alejandro; Adaime, Iván y Binder, Inés (Comps.) (2010): El Proyecto Facebook y la Posuniversidad. Sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje. Fundación Telefónica y Ariel. Colección Fundación Telefónica . Madrid.

IMÁGENES DISPONIBLES EN:

https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTS8HESws-0O6jRu90HAx2luePlCsix_hd47AWhaA-WRmAUDgtJ


La interacción en las redes de conocimiento



Por: Gladys Daza Hernández[1]

La red UNID, Red universitaria de investigación en cultura digital, extensiva a los países de América Latina, nació en 2011 como fruto del trabajo investigativo conjunto de 16 universidades y 10 países de continente, en el seno de la RIIAL, Red Informática de la Iglesia en América Latina, y el CELAM (Consejo Episcopal latinoamericano). Hoy después de dos años de experimentación, podemos compartir algunos logros y dificultades de lo concerniente a la interacción comunicativa.

Los miembros fundadores de esta iniciativa ante algunos lazos a partir de una mayor interacción que han tratado de hacer extensiva a los profesores universitarios que se han sumado a la red.

Sin embargo, se hace necesario fortalecer esta relación interactiva mediante el intercambio permanente de producciones académicas en la línea de la cultura digital. Por lo general los docentes universitarios en sus diferentes áreas de enseñanza - aprendizaje están en contacto directa o indirectamente con el uso de tecnologías digitales, lo cual genera producción de conocimientos con la participación activa de los estudiantes de pre o posgrado. Este quehacer académico cotidiano con sus logros y desafíos podemos compartirlo en la red.

Es un trabajo colaborativo que siempre supone que supone una gran apertura hacia el otro hacia una comunicación cercanas de colaboración y solidaridad. Todos nos necesitamos en estos procesos en un contexto de profundas transformaciones históricas. Formar parte de una red activa participativa y productora conocimientos es una gran riqueza personal e institucional.

Sabemos que toda comunicación supone una interacción entre dos o más actores pero no toda interacción se hace por vía comunicativa expresiva. En ocasiones nuestras interacciones carecen del sentido del encuentro, de la alegría de compartir nuestro saber y ser.

Las tecnologías digitales en todas sus formas facilitan la interacción y los encuentros virtuales de los miembros de una red de conocimiento en la medida que exista una disponibilidad para ello.

Sabemos de las múltiples tareas académicas que deben atenderse, pero con un poco de rigor en la distribución del tiempo es posible participar en los conversatorios virtuales obvio conferencias que se programan periódicamente tratando de distanciarlas para facilitar la participación. En un semestre se programan dos o tres sesiones de esos encuentros en fechas y horas que pretenden acomodarse a los tiempos disponibles de cada uno, aunque la diferencia horaria los países, a veces, lo dificulte.

Hemos probado varias alternativas tecnológicas como el uso de la plataforma Moodle  y otros espacios gratuitos proporcionados por internet. Las dificultades expresadas por algunos miembros de la red en el uso práctico estas herramientas permitió ajustar estas otras propuestas.
El boletín digital RedUnid pretende ser un medio de intercambio producción de conocimiento a diferentes niveles: quehacer académico cotidiano, resultados de investigaciones en pequeña o gran escala, inquietudes de los procesos de enseñanza aprendizaje y otros temas propios de los avances académicos. No se trata de elaborar discursos rigurosos en los ámbitos científicos o académicos,  sino de compartir nuestras experiencias.

La propuesta de la creación de un espacio en internet para la red tuvo buena cogida, pero se dio un tiempo prudencial de consolidación de la red para garantizar la alimentación permanente por parte de todos los miembros dispersos en el continente.
En cuanto al proyecto marco investigación 2014 2015 ¿cómo educar en el mundo digital? ¿Transmisión o construcción de conocimiento? se agradece la socialización de dos anteproyectos de investigación procedentes de las facultades de comunicación de las universidades Minuto de Dios, de Colombia, y Católica de Chile.

El proyecto de la primera universidad está referido al tema: “Plataformas trasmedia para facilitar los procesos didácticos en la educación superior”.
Los investigadores Luciana Renó,  Adriana Quimbayo y Javier Espitia, están frente de esta idea de “desarrollar un proyecto de investigación que tenga interactividad por parte de los estudiantes, plataformas distintas e intertextualidad, que es la manera como lo jóvenes que ven el mundo hoy.”  La Universidad Católica de Chile por su parte con la participación la colaboración de Myrna Gálvez se propone “explorar el tipo y grado de hostigamiento que hoy se produce la población escolar chilena a través de las TIC” es el llamado  ciberbullying.

Estos dos anteproyectos se han enviado a todos los miembros de la Red UNID y esperamos que todos se animen a socializar sus respectivas propuestas investigativas. Recordemos el objeto general del proyecto marco:

“Determinar las innovaciones pedagógicas necesarias en el proceso de enseñanza aprendizaje de las instituciones educativas universitarias para dar respuestas acordes con los desafíos del mundo digital actual dinamizado con el uso de las TIC y, de este modo, contribuir a la formación de los profesionales que los países del continente latinoamericano necesitan”.

En este objetivo amplio se inscriben los dos anteproyectos citados anteriormente.

Esperamos que el año 2014 sea fructífero en la consolidación de la interacción comunicativa de los miembros de la red. El centro Guadalupe, como en años anteriores, nos prestará el servicio de apoyo tecnológico para nuestros conversatorios y videoconferencias, que ojalá puedan ser dos en el año.

En el mes de enero enviaremos la agenda de estos espacios donde esperamos la mayor participación posible.

Participemos y reconozcamos mutuamente la producción colaborativa de conocimientos.

¡La red se teje en el quehacer diario!




[1] Directora del Centro de Comunicación Educativa Audiovisual CEDAL